El término
átomo proviene del griego ἄτομον («átomon»), unión de dos vocablos: α (a), que
significa "sin", y τομον (tomon), que significa "división"
("indivisible", algo que no se puede dividir), y fue el nombre que
se dice les dio Demócrito de Abdera, discípulo de Leucipo de Mileto, a las
partículas que él concebía como las de menor tamaño posible. Un átomo es la
unidad constituyente más pequeña de la materia que tiene las propiedades de un
elemento químico. Cada sólido, líquido, gas y plasma se compone de átomos
neutros o ionizados. Los átomos son muy pequeños; los tamaños típicos son
alrededor de 100 pm (diez mil millonésima parte de un metro). No obstante, los
átomos no tienen límites bien definidos y hay diferentes formas de definir su
tamaño que dan valores diferentes pero cercanos. Los átomos son lo
suficientemente pequeños para que la física clásica dé resultados notablemente
incorrectos. A través del desarrollo de la física, los modelos atómicos han
incorporado principios cuánticos para explicar y predecir mejor su
comportamiento.